Fueron eliminados 163 bovinos y 5 porcinos de acuerdo al informe del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa); todos estos animales luego fueron cubiertos con cal viva antes de ser enterrados.
Este procedimiento se hace para cortar la circulación viral, evitar que se transmitan a otros animales y la posibilidad de una más rápida recuperación del status sanitario, según manifestaron representantes del Sistema Nacional de Emergencia Sanitaria Animal (Sinaesa).
El rifle sanitario alcanzó a 154 bovinos de Gustavo Trugger, propietario del establecimiento Nazaret que es en donde se originó el foco, a 9 bovinos y 5 porcinos de dos establecimientos lindantes propiedad de Marcial Morel y Derlis López respectivamente, por constituirse en contactos con los animales y también hay riesgos de diseminación, según explicaciones técnicas del Senacsa.
Daniel Rojas destacó que tanto Trugger, como los otros dos propietarios, comprendieron esta necesidad y aceptaron el sacrificio de sus animales. La situación de Gustavo Trugger depende del sumario que se está llevando a cabo para saber si le corresponde o no la indemnización.
LOGÍSTICA
Las personas que estuvieron a cargo del trabajo fueron 20 técnicos del Senacsa, 3 operarios del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), 15 efectivos de las Fuerzas Armadas de La Nación y 10 efectivos de la Policía Nacional.
Las maquinarias utilizadas para la fosa sanitaria de 100 metros de largo, 3 de ancho y 4 de profundidad en donde fueron enterrados los animales fueron con una retroexcavadora, una pala cargadora y un móvil de abastecimiento.
El trabajo del sistema de emergencia sanitaria seguirá en la zona hasta la total contención del foco aftósico y los técnicos están realizando vigilancia permanente a través de los 6 puestos de control instalados en la zona y además el rastreo epidemiológico para verificar si existen otros brotes, según informaron representantes del Senacsa. (Información de La Nación)
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