Incluso, ante una enfermedad es más eficaz un sentimiento de apoyo, ayuda y amor, que un complejo y potente medicamento.
El estrés no afecta a muchas personas, sin embargo, cuidar un perrito podría nivelar nuestro nivel emocional, sin embargo como siempre hay que cuidar todos los aspectos y posibles riesgos de adoptar este el caso de la familia de Scrappy que publica La Vanguardia:
Crecí en un departamento donde no se permitían animales en el edificio, por lo que me puse un poco nerviosa cuando mi esposo Jamie adoptó un perro hace casi una década.
Scrappy no tardó en ganarse un lugar en mi corazón, con sus suaves orejas, sus patas enormes, por ser juguetona y torpe y por su tendencia a acostarse a mis pies. No tardó en convertirse en otro miembro de la familia.
Scrappy hizo nuestro hogar más alegre, pero Jamie siempre ha insistido que al estar a su lado se siente mejor: menos ansioso y más relajado.
Un pequeño cuerpo de investigadores asegura que mi esposo tenía razón. “Sabemos que las mascotas tienen un impacto positivo en la salud de las personas que tienen sentimientos positivos de las mismas”, dice Erika Friedman, profesora en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Maryland y presidenta de la Sociedad Internacional de Antrozoología, cuyos miembros estudian la interacción entre humanos y animales.
La investigación de Friedman, en 1980, encontró que aquellos pacientes con problemas del corazón que tienen mascotas tienen más probabilidades de vivir más del año que aquellos sin mascotas. Estudios recientes demuestran que la posesión de mascotas se asocia con menos estrés, presión sanguínea estable, menos visitas al doctor, menos soledad y más conectividad social y niveles más altos de actividad física.
Sin embargo, no todos los resultados han sido positivos: una investigación publicada en una revista escandinava de psiquiatría dio seguimiento a 424 pacientes que ingresaron al hospital por el diagnóstico de síndrome coronario agudo y encontró que aquellos que tenían mascotas, gatos en particular, tenían más posibilidad de reingresar al hospital o morirse dentro de un año que aquellos que no tenían gatos.
El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano se ha unido al Centro Waltham de Nutrición de Mascotas, una rama de la empresa alimenticia Mars, para fomentar mejores investigaciones sobre la interacción humano-animal; ahorita se están llevando acabo siete investigaciones. “Necesitamos saber cuáles son los mecanismos subyacentes detrás de estos potenciales beneficios a la salud”, dice Griffin.
Hace notar, por ejemplo, que los resultados preliminares demuestran una liberación de la hormona oxitocina, que puede disminuir los niveles de las hormonas de estrés, cuando la gente está en el mismo lugar que sus perros y posiblemente otras mascotas.
“Esto demuestra que a nivel fisiológico hay una respuesta que corresponde a la unión que sentimos los humanos con los animales. También se relaciona con la reducción de estrés, lo que se piensa está detrás de los resultados de las investigaciones del sistema cardiovascular, como la recuperación de un ataque del corazón… pero necesitamos saber más”.
Griffin señala que se debe considerar el factor de la relación entre la mascota y su dueño. “Si no te gusta tener al gato adentro de tu casa, no te reducirá los niveles de estrés, pero si sientes apego, es más probable que tenga ese efecto”.
¿Y los riesgos a la salud? Expertos dicen que el problema más grande son las mordidas, aunque también hay enfermedades que pueden ser transmitidas de las mascotas a los humanos, entre ellas lombrices, toxoplasmosis y enfermedad por arañazo de gato.
Una investigación publicada en Pediatrics concluyó que entre 2006 y 2008 la mitad de las personas que contrajeron salmonella de croquetas contaminadas eran niños. “Existen riesgos pero son pocos”, dice Sandra Barker, profesora de psiquiatría y directora del Centro de Interacción Humano-Animal de la Escuela de Medicina de la Universidad Commomwealth de Virginia.
Con lo que puede ser más difícil de lidiar, y tal vez tenga más impacto en la salud mental y el bienestar, es perder a esa mascota querida, dice Barker.
Nosotros lo descubrimos cuando atropellaron a Scrappy y perdió la vida. No dejé de llorar una semana. Pero algo que me dejó todo esto es que Scrappy sí hacía de nuestro hogar un lugar tranquilo y relajado.
El rol de las mascotas en el asma infantil o alergias es un área gris, ya que estudios reportan que la posesión de una mascota a una edad temprana puede causar el desarrollo de estas enfermedades y otros que la presencia de un animal es un factor protector.
La confusión creció el año pasado con la publicación de un estudio a largo plazo de 636 niños en el Journal of Pediatrics. Investigadores demostraron que aquellos niños con alergias a los perros tienen menos posibilidad de contraer eccema antes de los cuatro años si viven con un perro el primer año de su vida.
Lo contrario aplica para aquellos niños alérgicos a los gatos y que crecieron con un gato en su hogar: tienen más probabilidad de contraer eccema en un futuro que aquellos niños que no tenían gato.
Claramente existe la necesidad de más y mejor evidencia científica sobre la conexión entre mascotas y la salud humana. “Existen investigaciones muy buenas, muchos estudios pequeños tentadores, pero también tienen fallas metodológicas con la evidencia de los efectos positivos de las mascotas”, dice James Griffin, científico del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano.
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