La osa encontrada herida la pasada semana en el concejo de Cangas del Narcea “se mantiene estable si bien su pronóstico es aún grave”. Además se considera que “puede estar algo deprimida a causa de la sedación, el traslado y a que extraña el lugar en el que se encuentra”, explicó ayer la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, quien se desplazó al Centro de Recuperación de la Fauna de Sobrescobio para conocer de primera mano el estado de salud del animal y asistir al traslado del esbardo, que fue pasado desde un habitáculo de 20 metros cuadrados a otro que supera los 70 metros cuadrados.
Los veterinarios descartaron ayer volver a sedar de nuevo a la osa para curarla “ya que parece que evoluciona favorablemente”. El objeto final es volver a soltar al animal en las cercanías de donde fue localizado, “aunque podrían pasar dos meses”.
Belén Fernández informó que la osa “se encuentra sometida a vigilancia constante, si bien los veterinarios estiman que el pronóstico es grave, por la naturaleza de las heridas”. Durante la visita realizada ayer al centro de recuperación de animales de Sobrescobio estuvo presente el veterinario jefe del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, Santiago Borragán, que se encontraba en Asturias para conocer el estado de la osa.
También participó en la inspección Jaime Marcos, veterinario de la Consejería de Medio Ambiente y Andrés Orviz, director de un proyecto de investigación en materia osera del que saldrán propuestas para la reordenación del territorio “con objeto de evitar molestias humanas a los osos”. Este estudio lo impulsa la consejería a través de la Fundación Oso de Asturias, en colaboración con la Fundación Biodiversidad.
Los veterinarios que ayer inspeccionaron a la osa explicaron que el traslado llevado a cabo ayer “facilitará que el animal pueda moverse más y mejor, una vez que vaya ganando agilidad como se espera, y, a la vez, la nueva ubicación facilitará las labores de limpieza y desinfección del lugar, puesto que está dividido en dos partes separadas por una pequeña compuerta”.
Los técnicos informaron de que el traslado del animal se realizó con total normalidad y que fue la propia osa, a la que se habían administrado tranquilizantes, la que cambió de lugar, por su propio pie.
Los especialistas explicaron también que, si bien, inicialmente, estaba previsto someter al animal a una revisión aprovechando el traslado, finalmente, y una vez visto el estado general del animal, “Se ha decidido retrasar las pruebas hasta que el ejemplar gane un poco de peso. En este momento pesa 28 kilogramos, dos más de cuando llegó”. También se indicó que “la osa tiene buen aspecto, come y defeca correctamente, y se la mantiene con tranquilizantes para evitar que se automutile o lama sus heridas”. Igualmente recordaron que anímicamente, se encuentra un poco asustada y deprimida. Respecto a la alimentación del animal, está previsto proceder a un cambio progresivo en la dieta alimenticia de la osa, introduciendo carne. (Información extraída de La voz de asturias)
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