TODO ANIMAL
Cuando Etsumi Ogino vio una fotografía de un grupo de perros que vagaban por un pueblo abandonado cercano a la planta nuclear de Fukushima Daiichi, la amante de los perros pensó en su propia mascota, Kein, de 13 años, y entonces decidió actuar.
“Mi corazón temblaba”, dijo Ogino, voluntaria de 56 años en un albergue para animales en la prefectura de Chiba. “Ellos se veían como mi perro y comencé a buscarlos de inmediato”.
Ella y otras personas en todo Japón llamaron de inmediato a Asahi.com, el portal de Internet del diario Asahi Shimbun, que había publicado la fotografía.
Un fotógrafo de la Associated Press había tomado la foto y otras más de los caninos en una calle abandonada en la ciudad de Minami Soma, área evacuada debido al temor a las radiaciones. La agencia envió a Ogino la información del periodista que fue con el fotógrafo y ella la compartió con un equipo de rescatadores de animales llamado Sheltie Rescue.
Para entonces, el grupo había recibido correos electrónicos de los amantes de perros en todo el país para preguntar sobre los animales abandonados. A través de los correos electrónicos y una búsqueda en internet se estableció que la dueña de los perros era una criadora de Minami Soma. El grupo entró en contracto con una división en la ciudad de Fukushima del Club de perros Collie de Japón, hallaron a la dueña y les dio permiso para rescatar a los animales.
En las primeras horas del domingo pasado, siete voluntarios salieron de Tokio y condujeron por carreteras rotas y casas derruidas para encontrase con otros tres voluntarios en la entidad fantasma en la que se había convertido Minami Soma. Algunos llevaban trajes especiales para la radiación; otros sólo traían impermeables de vinilo.
Las primeras dos personas en llegar hallaron a la jauría en los alrededores de la estación de trenes Odaka, cerca de la casa de la propietaria, donde el equipo de la AP los había visto por última vez.
“Estaban esperando su dueña”, dijo Tamiko Nakamura, una voluntaria que llegó con el grupo de Tokio. A los perros se les dejó alimento seco y no tenían mucha hambre. Sin embargo, les llevó un poco de tiempo atraerlos con golosinas y seis o siete perros fueron subidos en cada auto. El grupo salvó a 20 perros en total.
La mayoría fueron llevados a una veterinaria en Kanagawa, al tiempo que otros son cuidados por personas en diferentes áreas. La dueña —cuya identidad prefirió mantener anónima—, devastada por el desastre y preocupada por sus perros, se mostró “muy feliz”, dijo Nakamura. Sólo lamentó que algunos de los perros del grupo se escaparon y otro gran número están todavía solos en la zona de evacuación.
“Todavía hay algunos de ellos allá. Me preocupan y quisiera sacarlos”, agregó Nakamura. (Información extraída de El Universal)
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