Hay quejas del gran problema que representan los perros y animales en situación de calle, pero pocos hacen algo para librarlos de ese sufrimiento, otros deciden terminar con ese "dolor" con el asesinato, que tampoco se considera una buena medida. ¿Pero qué es lo que se ha hecho?
Ahora una asociación comparte su punto de visita con TODO ANIMAL, ¿tú qué opinas al respecto?
El texto íntegro dice:
Hay
todavía muchísimas consciencias influenciadas por la desinformación, que lo
suponen un tema poco trascendente, pero el problema de los perros callejeros
comienza a generar crisis en una sociedad que se ha limitado a mostrar el “foco
rojo” de las molestias que causan, sin abordar la raíz del problema: nosotros.
Somos
sin duda, gobierno y sociedad, responsables por los miles de animales que viven
desprotegidos, deambulando famélicos y a menudo enfermos en la vía pública de
nuestra Ciudad. El daño no se limita a estropear la estética y la salud pública
de nuestro entorno, también desenmascara las fracturas de nuestra conciencia
social, porque la desolación y el abandono al que son arrojados estos seres
indefensos se llama brutalidad, el trato que les damos es un lamentable reflejo
de aquello en lo que nos hemos convertido; sin embargo no refleja lo que
queremos ser.
Ya no queremos más violencia, ni más
indiferencia, ni más víctimas.
Como
sociedad no hemos abordado con seriedad la terrible y dolorosa realidad en la
que subsisten estos animales. Es hasta hoy, que se está planteando un programa
serio y viable en la Delegación Miguel Hidalgo. Esta labor, la de mirar con
dignidad y respeto a los animales, es generalmente incomprendida y difícil.
No obstante se han ganado batallas importantes, por ejemplo,
en la asamblea legislativa del D.F. se
consiguió que en los centros de control canino no se “ejecuten” animales
electrocutándolos cual si fuesen convictos culpables del horrible delito de
haber nacido o de haber sido abandonados, ahora tienen una
muerte más “humanitaria”.
También
se aprueban nuevas leyes de protección animal, los protectores de animales no
cesan de trabajar, insisten, pero los resultados son parciales, y los
esfuerzos, aislados.
Lo
cierto es que sin la voluntad de las altas autoridades de gobierno, la sociedad
queda abandonada a sus propios —e insuficientes— recursos; y el problema,
condenado a repetirse.
Es
necesaria la voluntad política de llevar a cabo un programa interdisciplinario que cuente con
presupuesto, que involucre a todos los agentes sociales —iniciativa privada,
medios de comunicación, sociedad civil—
y se abarque el problema de manera inteligente y creativa para cambiar las conciencias.
Por eso, desde el gobierno de la ciudad, en Miguel Hidalgo promovemos hoy la
participación activa de las instancias gubernamentales para dar solución a este
problema.
Ellos,
víctimas de la indiferencia, son el síntoma de una sociedad que ha desdibujado
su horizonte por evadirse de lo esencial: el valor de la vida digna. Es muy
difícil pelear por los animales en un país hundido en la violencia, que vive
atrapado en la vorágine de sobrevivir apenas con lo elemental, donde más del 50
por ciento de la población vive en la pobreza y el 27 por ciento en pobreza
extrema.
Es
verdad que ante tal panorama resulta casi imposible pedir que se atiendan las
necesidades, las problemáticas de las minorías olvidadas, marginadas y mucho
menos las de los animales; es difícil entenderlo cuando tantos problemas
urgentes reclaman la atención y los recursos de la nación y la sociedad.
Sin
embargo, no es menos cierto que olvidarnos de ellos es mutilar una parte de
nuestro entorno vital, perder la riqueza y la compañía que nos ofrecen. A los
animales de compañía les habita una sinceridad que nosotros olvidamos
fácilmente. Ese olvido lo pagamos caro. Ya lo hemos pagado muy caro ¿Vamos a
seguir pagando el precio en soledad y brutalidad? ¿Es que podemos darnos ese
lujo? ¿No hemos tenido suficiente?
Como
sociedad, debemos entender que si no logramos rescatarlos a ellos, a los que no
tienen voz, no lograremos rescatar a este país, si no avanzamos en resolver
este problema, perderemos el rumbo y la
posibilidad de salvar de la crueldad y el maltrato a una sociedad dolida de
tanta pena, estamos convencidos de mucha gente está de nuestro lado, convencida
de la necesidad de cambiar esta realidad
que tanto lastima lo que buscamos y traiciona lo que somos. Nos atrevemos a
afirmarlo más allá de la pura convicción, apelando a la evidencia de que no
queremos rodearnos de crueldad.
¿Por
qué ignorar que las buenas voluntades están con nosotros y somos mayoría? Esa
también es la verdad, también es un hecho. Hagamos algo por salvar a estos
seres del abandono en el que viven pasando hambruna y maltrato, sólo se
requiere de voluntad, de hacer que la cultura sea capaz de absorber sus propias
contradicciones.
Logremos
tener un gobierno responsable para de verdad resolver esta dolorosa situación;
necesitamos también insistir en que debemos generar políticas públicas que
atiendan las causas y no sólo tratar los síntomas con medidas reactivas;
generaremos un programa de largo alcance, de carácter preventivo que logre
frenar esta dificultad y su crecimiento exponencial, sabemos a ciencia cierta
que es una labor simple a nivel de costos y acciones, es posible implementando
un buen programa que consiga tener un impacto real a corto y largo plazo.
Responsable
de la publicación: Ireri Carranza López
UPA (Unión de Protectores de Animales por una vida digna)