México ocupa el primer lugar de América Latina en este aspecto. El total es de 18 millones de perros y sólo 5.4 millones tienen un hogar, el resto son callejeros. Los 23 millones de perros y gatos muestran que existe cada uno de ellos en los 24.4 millones de hogares que hay en el país.
Angelina Guerrero Luna, investigadora de la Facultad de Sicología (FS) de la UNAM, aseveró que el número de mascotas se ha incrementado y que los lazos estrechos entre seres humanos y mascotas podrían derivar en hiperapego, lo cual altera el equilibrio emocional del dueño y el animal.
Una desventaja de la relación radica en el egoísmo humano que piensa que los animales pueden suplantar su soledad y los tratan como si fueran personas, humanizándolos, con tal de satisfacer sus carencias personales.
Guerrero señaló que la desaparición de límites entre interespecie y los derivados de las relaciones de jerarquía entre mascota y amo, generan confusión, estrés e inseguridad en ambos. Las respuestas del animal pueden ir de la ansiedad y desesperación, al temor y sensación de abandono. También puede sentirse olvidado si es que es confinado en departamentos, zotehuelas, azoteas o deambula como callejero con efectos perniciosos en la comunidad.
María Montero y López Lena, también de la FS, manifestó que las mascotas constituyen oportunidades de interacción más o menos positivas, que dependerá de la capacidad del sujeto. El vínculo afectivo puede ser saludable o no. Si se establece apego, dijo, no es sólo por la mascota, sino porque las personas a veces tienen esa necesidad. (Información de La Jornada)
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