"El perro jamás va a pensar como nosotros", dijo el veterinario y especialista en conducta animal, Daniel Rossi, a EL PAÍS digital. La mayoría de las personas, a la hora de llevar un perro a su hogar, no toma en cuenta aspectos básicos de la enseñaza que aseguren una sana y segura relación el nuevo animal de compañía.
Cuando son cachorros no representan un peligro para ningún miembro de la familia, pero rápidamente crecerán y ciertas razas llegan a tener un considerable tamaño.
En 1998 el peso promedio de los perros era de 17 kilogramos. En 2005 trepó hasta los 27 kilogramos, según datos proporcionados por la Unidad de Zoonosis y Vectores.
Todo radica en que no se establece en forma correcta y desde temprana edad la jerarquía del perro respecto a los integrantes del núcleo familiar, explicó Rossi.
"Cuando el perro muerde no es por malo, la maldad es una característica del ser humano. La mordedura es parte de un lenguaje. El aparato comunicacional que tiene el animal es para evitar peleas. El perro antes de morder ya advirtió que su jerarquía está amenazada: la primera vez nos mira, luego nos gruñe y al final, como piensa que no entendemos, muerde", comentó el especialista.
Si bien en Uruguay el 50% de las mordeduras ocurre en los domicilios, Rossi dijo que en el mundo esa cifra trepa al 80%. Por eso es que los estudios de agresividad canina analizan al perro, pero también al hogar.
"Cuando el perro mordió, falló (el) no conocer la mentalidad del animal", puntualizó Rossi. Lo importante para evitar estos casos es saber qué es importante para los animales de compañía (la comida, el lugar donde duerme, las caricias) y no dejar que se apropien de eso. "Si el perro viene en todo momento a pedir caricias y nosotros las damos porque nos parece muy lindo, en realidad lo que está haciendo es interpretar que si pido me dan", generando una conducta negativa. Sobre las mordeduras a lactantes, Rossi explicó que para el perro el bebé nunca será un ser humano. Por eso no se lo debe dejar a solas, "porque no sabemos cómo reaccionará el niño" y más importante aún, el animal nunca puede ser un igual a sus dueños.
El especialista afirmó que lo importante a la hora de elegir un perro es asesorarse con un veterinario que pueda explicar cómo hacer para que el perro se sitúe en los más bajo de la manada, "porque para el perro siempre estamos hablando de manada", finalizó.
El Ministerio de Salud Pública recomienda:
- Asesorarse con un médico veterinario antes de adoptar un animalito. La tenencia responsable de los animales comienza consultando desde el inicio sobre qué especie y qué raza es la más adecuada para la familia.
- Que la tendencia a adquirir perros de gran porte debe ser un acto responsable, los mismos tienden a ser dominantes por lo que su adecuada educación en los primeros meses definirá su buen comportamiento futuro.
- Vigilar periódicamente con su veterinario la salud de su animal. Recuerde mantener al día la vacunación del mismo, no olvide que en los animales adultos los refuerzos son anuales y de por vida.
- Controlar –en todos sus paseos- las acciones de sus animales. En la vía pública siempre deben tener la correa puesta y el bozal si es necesario. En ningún momento se lo debe dejar suelto en la calle.
- Castrar a su compañero antes de que tenga crías no deseadas. Cuando antes mejor será la recuperación del animal.
- Toda mordedura de perro debe ser denunciada obligatoriamente ante la seccional policial más cercana o al Ministerio de Salud Pública al 24091200.
- El personal del Ministerio se comunicará con usted para completar los datos referentes al incidente. Mantener a su perro o gato en observación veterinaria 10 días, cuando ha agredido a una persona (ver nota sobre rabia).
- No molestar y/o acariciar animales cuando están durmiendo, comiendo o tomando agua. Ellos suelen avisar con actitudes y posturas cuando algo los irrita (gruñido, erizar el pelo del lomo, mostrar los dientes). Es importante saber interpretar estos mensajes.
- No separar a los animales que están jugando o peleando
- Los murciélagos también transmiten la rabia. Es importante evitar que se instalen en el hogar entre techos, cielorrasos, cajones de persianas porque pueden transmitirla a los canes.
- No criar animales silvestres o sacarlos de su hábitat. Recuerde que estos animales no son de compañía. Disfrute de ellos desde lejos, aún cuando parezcan amigables. (Información extraída de El País)
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