Las personas se han convertido en la principal amenaza de los grandes depredadores, como los osos pardos ('Ursus arctos') de Europa. Para comprobar si estos animales alteran su comportamiento en función de la actividad humana, un equipo internacional de investigadores, liderado por españoles, ha analizado 440 lugares de descanso en Suecia. Según informa el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), se confirma que los osos evitan cualquier tipo de contacto con el humano.
"En un mundo tan humanizado, el hombre se ha convertido en un 'predador universal' y sus actividades inducen altas tasas de mortalidad y molestias a muchas poblaciones animales", relata a SINC Andrés Ordiz, principal autor del estudio. En Europa, es el caso del oso pardo.
El ser humano es el responsable de que la tasa de mortalidad de estos animales sea elevada. Para evitar la presencia de las personas, alteran sus patrones de movimiento y el uso del hábitat en áreas con actividades estacionalmente intensas, como pueden serlo las estaciones de esquí.
Cambio de hábitos
Además, los osos se vuelven más nocturnos y transitan áreas con mucha cobertura forestal como refugio. "Reducen de este modo el contacto con las actividades humanas", señala Ordiz.
Pero cabe preguntarse: ¿huyen realmente los osos de las personas? Los investigadores analizaron la cobertura vegetal de unos 440 lugares de descanso (encames) utilizados por 22 osos entre los meses de abril y octubre de 2007. Los animales llevaban collares gracias a los cuales comprobaron si la variación en la cobertura estaba relacionada con las actividades humanas.
El estudio publicado en 'Oecologia', confirma que los osos eligieron 'específicamente' los puntos de densa vegetación para descansar. Según Ordiz, los lugares de descanso diurnos tenían más cobertura vegetal que los nocturnos mientras que los de verano-otoño estaban más ocultos que los de primavera. Además, los osos se alejaron de los pueblos en el período de verano a otoño, cuando tiene lugar la época de caza de diversas especies.
De predador a 'presa'
Los científicos sugieren que los osos saben discernir el riesgo creado por el hombre , al menos a una escala temporal "muy fina", estacional y diaria. "Han desarrollado, como 'presas', un fino comportamiento anti-predatorio", apunta el investigador.
La hora del día y la distancia de los pueblos son las variables más influyentes a la hora de decidir el lugar de descanso. Eligieron zonas de mayor vegetación si el encame estaba próximo a los pueblos que si estaba más alejado. Los investigadores destacan la importancia de la cobertura forestal "para que los grandes carnívoros puedan sobrevivir en áreas humanizadas de la Europa de hoy en día".
Los úrsidos pasan largas horas descansando, y por ello, eligen lugares muy específicos. No en vano, los investigadores apuestan por minimizar el acceso humano a áreas con buena cobertura forestal y también a zonas escarpadas para evitar el contacto entre grandes carnívoros y humanos. (Información extraída de el Mundo)
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